I. Pedro Figari en hipertexto

A Mi querida y tan apreciada amiga Chiffon (María Josefina Buxareo de Balparda). París, 9 de enero de 1929. Preservada en el Departamento de Investigaciones y Archivo Literario de la Biblioteca Nacional de Uruguay.



PEDRO FIGARI
13. Place du Pantheón, Paris Ve Gobelins 67-39
París, 9 Enero 1929.

Mi querida y tan apreciada amiga Chiffon:

Su carta afectuosa me dió gran placer. Ya, con mi amigo excelente, su padre, habíamos comentado el acontecimiento que cambia su destino en tan breve tiempo, y habíamos formulado augurios hondos de prosperidad para Ud y su compañero, que es ya también amigo para mí, y bueno: Jorge Balparda.

No me cabe duda de que serán felices Udes, y que ya comienzan a serlo, al planear la vida de un hogar nuevo~ donde teda ha de contribuir a la ventura, hasta el sol patrio, ese tan generoso que sonríe burlón al pensar en las tacañerías de este parisino.

Ud tendrá, además, el programa de la pintura y podrá llenar fructuosamente las horas en que Balparda se halle en sus ocupaciones. Cuando regrese a casa, se encontrará con la sorpresa de sus creaciones. No debe dejar esa tarea, que es un estímulo y una compaña grata, y menos aun cuando su talento y asiduidad pueda permitirle tantos progresos y satisfacciones. Claro que tendrá que reservar muchos entusiasmos para hacer plenamente feliz a un hombre que la quiere tanto, que ha de ser además de su marido y su apoyo en su vida, su camarada.

Sus augurios amistosos, que sabemos bien que son sinceros, los retribuimos en igual forma, y muy cordialmente.

En cuanto a la sorpresa a que se refiere de mi parte la que ya supone ser a medias, le diré que ni a medias llega. Me parece tan lógico, tan natural y cabal lo que le ocurre, que la única sorpresa fue la de la rapidez con que se armó ese matrimonio suyo, tanto más cuanto que, como Ud lo recuerda, me había expresado la simpatía de Ud hacia su actual prometido, y a mi me pareció, intimamente, que daría una solución bien auspiciosa.

Sus queridos viejos (que tanto la quieren) ya habrán tenido el placer inefable de abrazarla, llenos de emcción y alegría. A su papá le escribí estos días. Él le contará lo que hago ahora, vuelto a la pintura.

Sigo trabajando, se diría, en estado de sonambulismo, los ojos y el cariño puesto sobre los asuntos del Río de la Plata, bien que enclavado en el corazón de París. Mis compatriotas por lo regular me olvidan y omiten, bien que siga, como lo hice siempre luchando por el terruño: es algo que no se explica. Los argentinos son más humanos y afectuosos para conmigo.

Chichí me escribió también, la querida amiguita, y yo me pregunto si no seguirán su ejemplo. Claro que le contestaré su cariñosa carta, de un instante a otro. Ahora, todos los Buxareos están ausentes, y yo estoy aun más solo, y más lejos. Me queda el consuelo de pensar que me recuerdan como amigo, y esto me tranquiliza. Tenemos ahora días brumosos, grises y tristes y supondrá, Chiffon, que, con las amarguras que se han apoderado de mi alma después que tuve mi inmensa pérdida, ni quiero mirar hacia afuera, para no entristecerme más, y me repliego en mi vida interior, animada, felizmente, por las visiones de mi infancia y de mi adolescencia tan lejanas, y que puedo ver así magnificadas.

Mis chicas le escribirán; yo no hago más que expresarle la amistad, la simpatía y la alegría con que se recibió la noticia de su compromiso y de sus tal1 fundados entusiasmos.

Le envio mi más cordial y cariñosa expresión de enhorabuena, y con los augurios y felicitaciones del caso; muy sentidos, va un abrazo lleno de afecto de este viejo amigo.

         Pedro Figari.



Peruco, muy agradecido a su saludo, me encarga que le exprese que se asocia a mis sentimientos y votos de ventura para Ud y su proyectado hogar. 85