I. Pedro Figari en hipertexto

¡Esta es una revisión vieja del documento!


Ibarbourou, Juana de - "Figari", en Revista Nacional, año 8, nº 91, julio de 1945, p. 9.



FIGARI

Barbado amigo ya en la gloria pura,
Donde los bosques son laurel y mirto
y han de cebarte tu criollo amargo
Arcángeles retintos.

( iOh, qué sonrisa!)

Barbado amigo que te fuiste un día,
Ya bien seguro de quedarte siempre,
Entre los hombres que te dieron himnos,
Finos puñales y terribles mieles:

(Ah… iqué sonrisa!)

Aquí tenemos tu pasión y sueños
En los colores y la intensa vida,
Que trasplantaste de tus propias venas,
Al mundo inmóvil que por tí respira.

La muchedumbre que creaste anda,
Entre nosotros, con el mismo fuego,
Con que latiera por tu pulso joven
Y tras el pecho de encrespados duelos.

Tus criaturas nos donaste hechas.
Ya para un mundo que no tiene muerte,
Y las forjaste como tú, sin hieles,
De frentes claras y de puños fuertes.

Aparta un poco los ramajes sacros,
En esos bosques de laurel y mirto
E inclina el rostro de agrisadas barbas,
Hacía tu oscura multitud de hijos.

Verás, poeta que pintando hablaste,
El resplandor que de tu sangre queda.
Eres de aquellos que al marcharse dejan,
Para siempre encendida su lucerna.