I. Pedro Figari en hipertexto

¡Esta es una revisión vieja del documento!


De Pedro Figari a Justino Zavala Muníz, París, 1º de mayo de 1932



Paris, 1 de mayo 1932

Mi estimado compatriota y amigo:

Quiero hacerle saber donde me encuentra a sus órdenes: 157, rue de l'Université (VIIe). Diríjame ahí cuando me escriba y dígale a los buenos amigos comunes que les envío un saludo afectuoso y les trasmito igual ofrecimiento, que no me es dado hacer a todos personalmente. Se lo ruego.

Me dicen que Montevideo está muy lindo,y muy animado. Yo los envidio, pues supondrá que a mis años, con mi género de vida, que es encierro y trabajo, mejor me vendría un rinconcito criollo que uno parisino, bien que no sea de los que vienen buscando buenos churrascos y a sestear y tomar amargo hasta que el churrasco sea digerido. A esto no se viene a Europa. No obstante, algunos se van rezongando porque no les han servido a su gusto, aquí, donde se dan el corte de ser tan completos y tan civilizados, no ya corteses, y me imagino las alharacas que han de hacer cuando se vean allá servidos a su gusto, por una linda china.

Esos no deben venir por cuanto es puro desencanto lo que les espera, y no un aprendizaje, según debe ser ante todo el viaje. Por mi parte, sin dejar de sentirme criollo, trato de …[ilegible]…. y de descubrir cuáles son los elementos que nos pueden convenir, y cuáles no, que no son pocos.

Además quiero seguir a mi obra y cuidarla, no ya ponerla en valor. Esto, que si bien se identifica con mi ambición no deja de ser genuinamente patriótico, según pienso, me da alientos por ahora para proseguir en mi tarea, aunque mis compatriotas en gran parte no se acuerden de mí. Y seguiré así hasta que me sea posible.

Sé que hay allí un gran anhelo de fomentar las culturas artísticas todas, y éso, que me satisface y me atrae, me tienta íntimamente.Pero, no dejo de ver que en tales movimientos todos tienden a encabezar, y yo que no tengo tal ambición, pero sí tengo convicciones hechas y algunas hasta comprobadas, me colocaría en una situación escabrosa, ingrata y difícil; no dejo de verlo créame. Se ama más que a las ideas las situaciones, por lo general, y esta no es ni ha sido mi manera de actuar. Al contrario, decliné posiciones brillantes por defender mis ideas, entre otros casos con Batlle, cuando me ofreció el cargo de organizador de la cultura artística del país. Hice capítulo de del propósito fundamental, y como no coincidiese con mi modo de pensar, rehusé.

He visto que Filartigas y (una señora Muller) se han presentado a la Facultad de Derecho proponiendo abrir cursos desinteresados de cultura artística y estética en general. Aplaudo la idea, nobilísima por lo demás, y bastante oportuna .He visto que el Decano, doctor Frugoni, ha acogido generosamente dicha iniciativa, y le escribo felicitándolo.

En fin, todo lo que dé signos de vigor y de interesamiento en la observación y el estudio, en el trabajo productor, es auspicioso.Es tanto lo que ha de hacerse, y hay una libertad tan amplia para abordarlo de la mejor manera, que sería triste que tales iniciativas no fuesen atendidas y alimentadas por todo género de estímulos.Lo arduo es arrancar, comenzar, que apenas tome raíces la empresa, ya encontrará todo facilitado y secundado, dispuesto al éxito, puesto que de las aptitudes de la raza no se debe desconfiar.

Mi consejo sería este: “No se apure.”

Creo que uno de los defectos de nuestro temperamento es la inquietud impaciente, y se quiere llegar antes de madurez, que es cuestión de tiempo, siempre. Es perseverancia, tenacidad, lo que permite la intensidad, - que es complejidad - del esfuerzo, ése que nos ofrece las cosas tan fuertes y hondas como sencillas. Solo después de haber resuelto muchos problemas previos es que una obra llega a decir algo de interés, y al decir una obra digo una persona, dado que es la obra el producto directo de la individualidad, el más directo, por lo menos cuando no se trata de simples imitaciones que cuentan cero.

Le deseo toda prosperidad y lo abraza con afecto este su viejo amigo.

Pedro Figari