Historia kiria, de Pedro Figari, en Anales Revista Nacional, Época I, N° 108, Montevideo, 1930
Pedro Figari, es ya un espíritu totalmente logrado en una profunda expresión de arte plástico, tan pura y tan personal, y continúa su labor pródiga y vigorosa en el ambiente de París, donde sus telas lo han consagrado como uno de los creadores más interesantes.
Su “Historia Kiria”, que acabamos de recibir, concreta en un ritmo potente, la admirable línea del pensamiento poético de Pedro Figari y el valor formal con que el artista la subraya para darles la vida suprema del dibujo.
Puede decirse ahora que '‘Historia Kiria” es un libro genial como manifestación originalísima de la clara sabiduría y de la decantada cultura de Pedro Figari, de un recio sabor primitivo y de una fuerza expresiva que rebasa el límite de los medios y realiza con una pasión magnífica, la finalidad desinteresada del espíritu actual del progreso plástico.
Toda la crítica europea ha sabido destacar en el indiscutible mentor de nuestras generaciones artísticas, su compleja personalidad de creador en el concepto de no desplazar al poeta del pintor, y pese a que la distancia que lo aleja de nuestro Montevideo y de las capitales latinas del Nuevo Mundo, es todavía considerable, su influencia va a ser decisiva en la formación básica de la cultura espiritual del Río de la Plata, tal vez porque, como ya lo afirma Eugenio D’Ors, la distancia como perspectiva histórica cede ya ante la geografía del espíritu y, de esta manera nos quedan puramente los conceptos del espacio conseguidos plásticamente fuera de la superficie temporal de las cosas.
Y no parece que el fundamento de Pedro Figari fuera otro en su “Historia Kiria”, en la que el pensamiento plástico del creador arrastra la fuerza del estilo, a tal punto que el gran pintor de nuestros cuadros simples y rudos, de noches de luna fuerte sobre los campos tibios o silenciosos, cruzados por diligencias o interrumpidos por los guitarreros, de días inmensos entrecortados por el color de las parvas o el ritmo de los pericones, de los viejos recuerdos de los tiempos coloniales que vagan envueltos en el aroma de los naranjos del patio, ha podido sintetizar ya un valor total en la crítica europea y ser destacado como un creador humano, pasional siempre, puro, de sensibilidad profunda en la que los sueños del humorista son las fantasías heroicas y finísimas del gran poeta.
Agradecemos al maestro el envío de su “Historia Kiria”, que desde hoy honra al Uruguay y enorgullece justamente a nuestro ambiente, no siempre justo con el gran espíritu de Pedro Figari