I. Pedro Figari en hipertexto

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 Se dice demasiado á menudo que las iniciativas deben partir de arriba, es decir, del gobierno y yo creo, en cambio, que sea bueno ó malo el gobierno, las iniciativas deben partir del pueblo: si es bueno, para secundarlo y si es malo, para coercerlo. El pueblo no debe abandonar jamás su derecho, porque no tiene más que un medio para emanciparse, y es demostrando su capacidad. Se dice demasiado á menudo que las iniciativas deben partir de arriba, es decir, del gobierno y yo creo, en cambio, que sea bueno ó malo el gobierno, las iniciativas deben partir del pueblo: si es bueno, para secundarlo y si es malo, para coercerlo. El pueblo no debe abandonar jamás su derecho, porque no tiene más que un medio para emanciparse, y es demostrando su capacidad.
  
-Es indispensable que nos pongamos en el caso de poder discutir sin disputar, conservando la serenidad que acompaña á la convieción y á la conciencia del derecho. Eso es indispensable para ascender, para mejorar; y si acaso alguna vez nuestras razones son tales que nos hagan crispar los puños ¡pase!; pero que no sean exclusivamente los puños nuestras razones.+Es indispensable que nos pongamos en el caso de poder discutir sin disputar, conservando la serenidad que acompaña á la convicción y á la conciencia del derecho. Eso es indispensable para ascender, para mejorar; y si acaso alguna vez nuestras razones son tales que nos hagan crispar los puños ¡pase!; pero que no sean exclusivamente los puños nuestras razones.
  
 Para obtener esa serenidad tenemos que llenar nuestra causa y nuestro pensamiento de ideas, de conceptos, y no de artificios y de engañosos mirajes. Si nos inspiramos en la pasión, ella nos traicionará de seguro, inhabilitándonos por lo menos para el debate fecundo. Por eso es que aquí no se delibera. Aquí se declama. Para obtener esa serenidad tenemos que llenar nuestra causa y nuestro pensamiento de ideas, de conceptos, y no de artificios y de engañosos mirajes. Si nos inspiramos en la pasión, ella nos traicionará de seguro, inhabilitándonos por lo menos para el debate fecundo. Por eso es que aquí no se delibera. Aquí se declama.
  
-Ningún país como este, tan generoso, podría brindarnos mayores bienes, si supiéramos convivir. La misma raza tiene energías y altiveces que, puestas al servicio de ideales razonados, habrían de producir todas las florescencias de la cultura más avanzada. Nuestro defecto capital es la pasión. Hemos sido educados á base emocional más bien que reflexiva, y de ahí que tan amenudo se sienta la explosión inconsulta, destruyendo la obra acumulada por las eclosiones fertilizantes del esfuerzo pacífico, por las energías constructivas  desplegadas en el campo de la ciencia, del arte y de la industria.+Ningún país como este, tan generoso, podría brindarnos mayores bienes, si supiéramos convivir. La misma raza tiene energías y altiveces que, puestas al servicio de ideales razonados, habrían de producir todas las florescencias de la cultura más avanzada. Nuestro defecto capital es la pasión. Hemos sido educados á base emocional más bien que reflexiva, y de ahí que tan amenudo se sienta la explosión inconsulta, destruyendo la obra acumulada por las eclosiones fertilizantes del esfuerzo pacífico, por las energías constructivas desplegadas en el campo de la ciencia, del arte y de la industria.
  
 Nuestra misma sociabilidad recibe las repercusiones consiguientes á este proceso de violencia pasional, impidiendo el desarrollo de las cualidades civiles que mejor podrían engendrar el florecimiento de las ideas, con sus innumerables derivaciones todas benéficas las que, esparcidas por la economía nacional, habrían de fructificar provechosamente y en múltiples formas, las más inesperadas. Nuestra misma sociabilidad recibe las repercusiones consiguientes á este proceso de violencia pasional, impidiendo el desarrollo de las cualidades civiles que mejor podrían engendrar el florecimiento de las ideas, con sus innumerables derivaciones todas benéficas las que, esparcidas por la economía nacional, habrían de fructificar provechosamente y en múltiples formas, las más inesperadas.
  
-Felizmente, en medio de estas sacudidas desesperantes, parecen iniciarse nuevos concursos bonancibles. En el orden politico, que es el que obstaculiza más nuestros avances, comienzan á aleter ideales superiores, y ya se esbozan también, aunque tímidamente, los anhelos que interesan más en los centros cultos. No se vive ya pensando que la tradición es la única fuerza dinámica que puede agitar nuestro cerebro, con sus odios; al contrario, se busca en la tradición lo que hay de superior para encauzarlo en orientaciones científicas, y esto es por sí solo muy auspicioso. Una mayor complejidad de ideas y de aspiraciones, que es la característica de la cultura social, tendrá que operar una serie de evoluciones convergentes hacia una finalidad+Felizmente, en medio de estas sacudidas desesperantes, parecen iniciarse nuevos concursos bonancibles. En el orden politico, que es el que obstaculiza más nuestros avances, comienzan á aletear ideales superiores, y ya se esbozan también, aunque tímidamente, los anhelos que interesan más en los centros cultos. No se vive ya pensando que la tradición es la única fuerza dinámica que puede agitar nuestro cerebro, con sus odios; al contrario, se busca en la tradición lo que hay de superior para encauzarlo en orientaciones científicas, y esto es por sí solo muy auspicioso. Una mayor complejidad de ideas y de aspiraciones, que es la característica de la cultura social, tendrá que operar una serie de evoluciones convergentes hacia una finalidad
 verdaderamente nacional, sin los desgastes periódicos del choque violento. Las oposiciones entonces serán saludables como una depuración y no destructoras, como los corrosivos. verdaderamente nacional, sin los desgastes periódicos del choque violento. Las oposiciones entonces serán saludables como una depuración y no destructoras, como los corrosivos.
  
 Quizá esta misma borrasca que se cierne amenazante sobre el país, pueda ser disipada bajo la acción reflexiva de las ideas, y nos anuncie así una serie de auroras luminosas. Quizá esta misma borrasca que se cierne amenazante sobre el país, pueda ser disipada bajo la acción reflexiva de las ideas, y nos anuncie así una serie de auroras luminosas.