I. Pedro Figari en hipertexto

¡Esta es una revisión vieja del documento!


Nuestro sentimentalismo

Para poder sustraernos á las reglas usuales de convivencia, y á fin de cohonestar tamaño desvarío, hemos apelado á un original sentimentalismo, pretendiendo establecer que este pueblo es una excepción en el orbe, es decir, que no somos como todos los demás pueblos de la tierra, un pueblo, sino más bien una sola y gran familia. ¡Y eso que nuestras estadísticas acusan una asaz respetable cifra de luchas internas tenaces y sangrientas!… Verdad que las cuestiones de familia, son las peores.

Por poco, que meditemos, se ve claro el engaño. ¿Por qué hemos de ser nosotros más que otro pueblo alguno, una sola familia y no una agrupación social y política, como todas sus congéneres?