I. Pedro Figari en hipertexto

Diferencias

Muestra las diferencias entre dos versiones de la página.

figari:onetti_-_pedro_figari_en_marcha_n6-julio-28-1939.pdf [2013/09/28 08:29]
arodriguez creado
figari:onetti_-_pedro_figari_en_marcha_n6-julio-28-1939.pdf [2019/07/25 07:48] (actual)
Línea 2: Línea 2:
  
 ¿Onetti, Juan Carlos?: {{:figari:onetti_-_pedro_figari_en_marcha_n6-julio-28-1939.pdf|"Pedro Figari"}}, en MARCHA, nº 6, Montevideo, 28 de julio de 1939, página 2. ¿Onetti, Juan Carlos?: {{:figari:onetti_-_pedro_figari_en_marcha_n6-julio-28-1939.pdf|"Pedro Figari"}}, en MARCHA, nº 6, Montevideo, 28 de julio de 1939, página 2.
 +
 +\\
 +\\
 +**Pedro FIGARI**
 +\\
 +\\
 +Estas breves líneas de recordación no parecen oportunas para un estudio técnico de la obra de Figari, sobre la cual, por otra parte, ya se ha escrito mucho.
 +\\
 +La absoluta personalidad de su arte, su casi hermético subjetivismo, constituye una de sus características más intensas. En demostración de esto puede anotarse que, a pesar de su triunfo resonante --- y en ambiente donde triunfar significa algo ---, nadie ha seguido sus huellas, y no hay una capilla "figarista" entre nosotros. Porque no es posible imitar a este tipo de artista (Van Gogh, por ejemplo), cuya obra es un continuo y directo vuelco de su alma en la tela. Lo único que queda es copiarlos.
 +\\
 +Su pintura, a un lado los valores puramente plásticos, vivirá merced a la generosa dosis de ensueño, nostalgia y emoción con que fue construida. Más que un maestro en su oficio, fue Figari un artista profundo y afinado. Los colores de sus cuadros actúan en función de su poetizado recuerdo, y las mismas formas están allí, precisas, justas, apenas para trasmitir su visión interna.
 +\\
 +Hablando de él, //no podría decirse//, //en rigor//, gran colorista. Pero nadie podrá discutirle el título de gran poeta, milagroso poeta, capaz de hacer sentir todo el espíritu de un pasado ya perdido en el tiempo, con tal fuerza y tal sencillez que hasta quienes no pudieron conocer candombes, azoteas y caudillos, asisten frente a sus telas, a la resurrección de una época.