I. Pedro Figari en hipertexto

¡Esta es una revisión vieja del documento!


A Eugenio Garzón. París, 30 de julio de 1928.



PEDRO FIGARI 13, Place du Panthéon, Paris Ve Gobelins 63-69

París, 30 de julio 1928

Señor Don Eugenio Garzón
Montevideo

Mi distinguido compatriota y buen amigo:

Pude, al fin, darme el placer de leer su libro: “La ciudad acústica”.

Para los que hemos tenido, de años, muchos años atrás, el deseo de penetrar hacia el corazón de esta ciudad, pluriciudad mejor dicho, puesto que son muchos los parises que bullen en la famosa urbe, su libro nos encanta, pues nos deja ver un aspecto nuevo de París: el de los criollos pura uva. Es un criollo, se ve a la legua, el que hace las observaciones de su interesante libro; no puede haber confusión. Desde ese prisma, los tipos examinados adquieren un carácter especial, que no ha podido percibirse por otros pueblos y otras razas; y es esto lo que me parece más digno de señalar, pues es lo nuestro. En estas cosas es del peor gusto andar con extremados cumplidos, y decir que es mejor lo ajeno, por complacer.

La sagacidad del criollo, traviesa y chacotera, al reaccionar, no puede manifestarse de igual modo que las demás, que están hechas de distinto cemento.

Ud., mi querido amigo, ha podido pasar muchos lustros por aquí, pero no ha cambiado su esencia, aquella que trajo en días adversos, y que ató en París, como podía haber atado en cualquier otro palenque, sin desmedro, sin transformaciones, que no caben en su idiosincrasia. Pero, lo raro es que, al verlo, parece Ud. uno de los más selectos y elegantes europeos, y también parisinos. Recuerdo que en mi anterior viaje, en 1913, lo vi de chistera “huitreflets” acompañado de varios franceses muy paquetes y distinguidos, y yo, que lo conocía, le dije a mi acompañante:

— Ahí va Eugenio Garzón. Parece más elegante y más francés que cualquiera, y apenas lo rasques le verás la hilacha, que es criolla, y mucho; y de la mejor calidad.