I. Pedro Figari en hipertexto

Señor doctor Luis Melián Lafinur, París, ¿29? Agosto 1927. Preservada en el Archivo General de la Nación (AGN, Uruguay).


París, 29 Agosto 1927
Señor doctor Luis Melián Lafinur
Montevideo

Mi querido amigo:

Yo le escribí, sin obtener contestación. Es posible que, por no tener segura su dirección, haya habido extravío, si bien para una personalidad de su talla debería ser ociosa la dirección. Ahora tengo la guía, y veo que ha vuelto Ud. a su antiguo domicilio.

Lo más esencial para mí es hacerle saber que lo recuerdo siempre con igual aprecio y simpatía, y que no ha mermado mi amistad ni mi afecto hacia Ud. por el hecho de haberme alejado tanto, ni de haber tenido que soportar tan rudas pruebas como las soporto aun. Parece que la característica de mi vida es el vivir olvidado, trabajando más de las ocho horas reglamentarias día a día, incluso feriados y vacaciones que hace ya tiempo no rezan para mí. Y eso que aquí son bienes estos de que disfrutan hasta los más pobres y humildes.

Entretanto los diplomáticos, que suelen hacer bien poco, fuera de pasearse y andar en playas y dancings, como Fernández y Medina, se quejan de que no les pagan bastante. Este funcionario me hizo fracasar dos exposiciones en el Museo de Arte Moderno de Madrid, a invitación de la conspicua Sociedad de Amigos del Arte, que preside el Duque de Alba y se compone de altas personalidades. Envié los cuadros dirigidos a la Legación, y quedaron en la aduana cerca de un año; ni se me contestaron mis cartas. Casi pierdo mis treinta cuadros con marco, después de haber hecho gastos de exposición, embalaje, etc., etc. a no ser porque el Cónsul de Biarritz, don Eduardo Arteaga, mediante gestiones empeñosas me los hizo devolver. Yo perdí esa oportunidad de exponer por dos veces, así, y en excelentes condiciones. Hasta vino a visitarme aquí Eugenio D'Ors, para que no deje de exponer.

Podrá imaginar, mi buen amigo, la gracia que me hace este “apoyo” de las autoridades patrias.

Y me hace tanto menos gracia todo esto cuanto que creo estar prestando, si bien librado a mí mismo, un verdadero servicio público al hacer conocer la tradición y la leyenda de mi pueblo y de mi raza: única manera de hacerlos conocer y estimar, según lo han comprendido todos los pueblos y razas superiores: es el abolengo lo que las identifica mejor. Aquí esto ha interesado, con gran simpatía, a los más selectos intelectuales y el sucesor de Hipólito Taine en la Cátedra de Estética de l'École des Beaux Arts, Louis Hourticq, dijo públicamente que es en mi taller que había conocido a los pueblos del Plata aun después de haberos visitado. Hourticq es hoy miembro del Instituto de Bellas Artes. El caso es que he tenido la visita de los más eminentes cultores del pensamiento y las artes y letras, cosa que no ocurre con los funcionarios bien pagos, con esos que se divierten y se quejan de que se les pague poco.

En fin, yo he trabajado y trabajo mucho. La vida es para mí, ya hace tiempo, nada más que eso. Lo que lamentaría es no poder terminar mi obra después de haberme empeñado tanto en prepararme.

Sé que se hacen objeciones a mi obra, allá, no aquí por cierto. Aquí decía Luis Forest en su revista: “Una obra así solo puede florecer en una civilización con C mayúscula”, Calcule Ud. lo que valen las necedades y gansadas de los incomprensivos, frente a estos juicios eminentes, y a tantos, tantos otros!…

Deseándole prosperidad, le estrecha la mano con el afecto de siempre

    su viejo amigo
           Pedro Figari
           

13 Place du Panthéon (5e)