I. Pedro Figari en hipertexto

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-Di Maggio, Nelson - {{:figari:otros_documentos:di_maggio_-_conociendo_un_poco_mas_a_figari.pdf|Conociendo un poco más a Figari}}, en [[http://figuras.liccom.edu.uy/figari:otros_documentos:di_maggio_-_conociendo_un_poco_mas_a_figari.pdf?do=edit&rev=|Visión Universitaria]], 30 de junio de 2010. +Di Maggio, Nelson - {{:figari:otros_documentos:di_maggio_-_conociendo_un_poco_mas_a_figari.pdf|Conociendo un poco más a Figari}}, en [[http://visionuniversitaria.wordpress.com/2010/06/30/pedro-figari/|Visión Universitaria]], 30 de junio de 2010. 
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 Es harto sabido que Figari (Pedro Luis Pablo Figari, como fue solemnemente bautizado), nacido en 1861, el mismo año que el pintor José Miguel Pallejá, fue muchos hombres en un solo hombre: abogado, periodista, diputado, embajador, gestor cultural, escritor, dramaturgo, filósofo, docente. También, en su relativamente corta trayectoria artística (en rigor, 16 años, ya sexagenario, entre 1918 y 1934), dejó cerca de cuatro mil cartones y cientos de dibujos e ilustraciones de un amplio registro temático.  Es harto sabido que Figari (Pedro Luis Pablo Figari, como fue solemnemente bautizado), nacido en 1861, el mismo año que el pintor José Miguel Pallejá, fue muchos hombres en un solo hombre: abogado, periodista, diputado, embajador, gestor cultural, escritor, dramaturgo, filósofo, docente. También, en su relativamente corta trayectoria artística (en rigor, 16 años, ya sexagenario, entre 1918 y 1934), dejó cerca de cuatro mil cartones y cientos de dibujos e ilustraciones de un amplio registro temático. 
  
-Aunque conocido y estimado por las series referidas al candombe y el negro, el gaucho y los paisajes a cielo abierto, los salones de la sociedad patricia colonial, todos vistos a la luz del recuerdo de recuerdos, de los cuentos que oyó en la infancia, con talante festivo y socarrón, la realidad inmediata no le fue ajena (las lavanderas de Malvín y las calles de Montevideo, de sus comienzos), la historia patria, los indios, el tango, los toros, paisajes venecianos, autorretratos y, en particular, las series utópicas (los kirios y el libro correspondiente, Historia Kiria, 1930) y los Trogloditas (El hombre de las cavernas, vida primaria, escribió), curiosa expresión pictórica que ahora exhibe el Museo Figari (en formación), durante los meses de junio y julio. Son trabajos provenientes de distintas colecciones privadas y públicas (el Museo Blanes posee un centenar, el de Artes Visuales, una treintena y el Histórico, una veintena, en una inútil dispersión que habría que reunir de una buena vez). +Aunque conocido y estimado por las series referidas al candombe y el negro, el gaucho y los paisajes a cielo abierto, los salones de la sociedad patricia colonial, todos vistos a la luz del recuerdo de recuerdos, de los cuentos que oyó en la infancia, con talante festivo y socarrón, la realidad inmediata no le fue ajena (las lavanderas de Malvín y las calles de Montevideo, de sus comienzos), la historia patria, los indios, el tango, los toros, paisajes venecianos, autorretratos y, en particular, las series utópicas (los kirios y el libro correspondiente, [[http://figuras.liccom.edu.uy/figari:obra:literatura:figari_pedro_-_historia_kiria.pdf|Historia Kiria]], 1930) y los Trogloditas (El hombre de las cavernas, vida primaria, escribió), curiosa expresión pictórica que ahora exhibe el Museo Figari (en formación), durante los meses de junio y julio. Son trabajos provenientes de distintas colecciones privadas y públicas (el Museo Blanes posee un centenar, el de Artes Visuales, una treintena y el Histórico, una veintena, en una inútil dispersión que habría que reunir de una buena vez). 
  
 Personalidad más compleja y elusiva de lo que habitualmente se cree, sobre la cual se han escrito abundantes estudios, sigue, aún hoy, ejerciendo un sostenido atractivo al investigador por sus zonas misteriosas a develar. Es casi unánime la referencia al impresionismo y el posimpresionismo de Bonnard y Vuillard. Si son plausibles esas influencias a las que habría que incluir a Monet y su manera de trabajar en series, no se proyectan en solitario. Hermes Anglada y Camarasa, con exposiciones en Montevideo y Buenos Aires en la segunda década del siglo XX, se desliza a través de formas y riqueza cromática y lo hace en el ADN de un artista que corre a la búsqueda de sí mismo.  Personalidad más compleja y elusiva de lo que habitualmente se cree, sobre la cual se han escrito abundantes estudios, sigue, aún hoy, ejerciendo un sostenido atractivo al investigador por sus zonas misteriosas a develar. Es casi unánime la referencia al impresionismo y el posimpresionismo de Bonnard y Vuillard. Si son plausibles esas influencias a las que habría que incluir a Monet y su manera de trabajar en series, no se proyectan en solitario. Hermes Anglada y Camarasa, con exposiciones en Montevideo y Buenos Aires en la segunda década del siglo XX, se desliza a través de formas y riqueza cromática y lo hace en el ADN de un artista que corre a la búsqueda de sí mismo.