I. Pedro Figari en hipertexto

A su hija Ema, Montevideo, 4 de Noviembre de 1937. Archivo General de la Nación (AGN, Uruguay).



Montevideo, 4 de Noviembre de 1937

Querida hija Ema:

Me ha causado gran pena el fallecimiento de la excelente amiga Misia Victoria, de cuya enfermedad nunca tuve noticias precisas. Queda la no menos excelente Bebé sola, y me place que las hayas acompañado y la acompañes lo más posible. Para Bebé esta pérdida es muy dura, durísima, y tendrá que poner toda su energía para afrontar la nueva vida que se le ofrece. ¡Es tan arduo a veces el vivir! pero hay que saber hacer frente a todas las circunstancias con dignidad.

Tu tan retardada carta afectuosa de ayer me impresionó doblemente por la infausta noticia que contiene. Ella me hace recordar aquellos días negros de París, cuando la buena amiga Misia Victoria y Bebé nos ofrecieron su amistad y su casa, tan generosamente.

Yo ando con mi salud algo quebrantada, tratando de reponerme, si puedo, para no ser carga de nadie. Estos días nos vamos a Carrasco a pasar unos días por lo menos, esperando que el sol me rehabilite. Faget tomó una casa que acababa de construir, y me invitó a acompañarlos. Veremos cómo me prueba este cambio. Garzón está en París, y me escribe una carta interesante, que voy a contestarle. Con la partida de este buen amigo he quedado más sólo, y cuento apenas con las visitas del amigo Buxareo; pero no me quejo, si bien constato mi situación.

Te envío un chequecito por encima de la pensión que habrás recibido de manos de María Elena. Dale un abrazo bien cordial a mi amiga Bebé y tu recibe otro fuerte de

                               Papá