I. Pedro Figari en hipertexto

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EL ARTE Y LAS DOCTRINAS DE PEDRO FIGARI

Los familiares de la Galería Druet, han podido, este otoño, por segunda vez, estudiar el talento tan profundamente original, casi desconcertante, de Pedro Figari, cuya reputación crece cada día a ambos lados del Atlántico. El interés de su obra me fue revelado el año pasado, en ocasión de una exposición organizada en Buenos Aires adonde el Instituto ele la Universidad de París en la Argentina me había llamado. No bastando a mi curiosidad una visita, frecuentaba el taller donde tantos sueños habían tomado forma y color, interrogaba al pintor mismo, y quedé muy sorprendido de encontrar un filósofo.

Cada exposición de Pedro Figari le vale admiradores convencidos —los tiene muchos—, y críticos no menos sinceros —algunos encuentra—. Yo había sido, por mi parte, muy rápidamente conquistado y creía entrever varias razones aceptables para justificar mi impresión, cuando supe que Figari había condensado sus ideas sobre el arte, la estética, la ciencia y cien otros problemas considerables, en una ohra publicada en español antes de la guerra y recientemente traducida al francés. Al leerlo, me pareció que comprendía mejor la obra del pintor. Pero los cuadros me ayudaron tamhién a entender mejor las doctrinas.